Camila Urriola
Para nadie es un secreto que las nuevas generaciones, son generaciones electrónicas; nacieron con la tecnología y saben manejarla desde muy temprana edad y con mucha destreza. A diferencia de otras generaciones, ellos no tuvieron que ir implementando las TICS a medida que iban apareciendo, simplemente para ellos siempre han estado ahí, y no conciben la vida sin dispositivos electrónicos, pues han formado parte de toda su vida.
Para ellos el usar un dispositivo electrónico es fundamental, forma parte de su día a día en distintos aspectos como: sociales, educacionales y de entretenimiento. Pues con tan solo un click pueden encontrar lo que quieren y estar entretenidos en una pantalla interactiva.
Pero en los más pequeños la duración frente a pantallas tiene que ser dosificada, pues ellos no manejan una proporción de tiempo exacta, un minuto puede ser el equivalente a una hora; es una noción temporal que no son capaces de asumir a tan corta edad. Y sus pequeñas mentes no están lo suficientemente maduras para manejar los estímulos de una pantalla interactiva por mucho tiempo.
Sin duda no se les puede privar de las TICS ya que integran parte de su formación, de su desarrollo y preparación personal. Pero deben saber que como todo tiene su horario en la rutina y no debe excederse. Algunos especialistas recomienda a los padres que sus hijo no estén en contacto con pantallas interactivas ni nocivas por los primeros 2 años de vida; y después de ese tiempo ir implementándolas progresivamente de acuerdo a la madurez neuronal del niño y su capacidad de soportar los estímulos de las pantallas.
Como todo, tiene que haber una medida, un balance para que las cosas tomen su rumbo correcto.
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