Internet: lo bueno, lo malo y todo lo que hay en el medio

 Sabrina León C.

Lo interesante de este artículo ("Usos educativos del internet") es descubrir que, aunque sus páginas de referencia y recomendación ya no están en uso, sus palabras permanecen atemporales, pues sus reflexiones y observaciones sobre cómo estamos siendo una sociedad cada vez más conectada al internet se podrían considerar hasta una predicción de cómo estamos ahora.

El internet es una herramienta poderosa de conexión (de nosotros con la información, de nosotros con el otro, etc.) y utilizarlo como una tecnología educativa representa un elemento que facilita la dinámica de aprendizaje: el uso de medios audiovisuales para no recurrir a las clases magistrales y poder mantener por mayor tiempo la atención de los estudiantes, el acceso a juegos, páginas y programas para que las entregas de las tareas o actividades no sean monótonas e incluso, para ir actualizando los materiales y saberes y que la información no se vuelva obsoleta.

Por otro lado, facilita la educación a distancia, permitiendo que más personas puedan aprender a pesar de su contexto o las condiciones en las que estén.

Además, el que la información se encuentre en formato digital representa una gran ventaja para el medio ambiente, pues esto reduce el consumo de árboles para la producción de libros, la liberación de dióxido de carbono de las grandes maquinarias y empresas en dicha producción y hasta el de los transportes para el traslado de materiales a las tiendas o de las personas a los centros educativos (en caso de la educación en línea).

Sin embargo, todo lo bueno debe tener algo malo. El acceso tan fácil al internet también conlleva a la divagación, la distracción e incluso la procrastinación de las tareas del día a día, puesto que la cantidad de páginas disponibles en línea nos separan de nuestro objetivo inicial.

Personalmente, el internet me ha permitido una educación más completa, es el principal actor de mi entrega de tareas y me permite desarrollar materiales fuera de lo cotidiano para que, en el futuro, mis estudiantes puedan aprender de la manera más dinámica y didáctica posible (así como yo lo hice).

En otras palabras, el internet es una herramienta maravillosa para el aprendizaje, pero es importante utilizarlo con responsabilidad para no caer en malos hábitos y sacarle provecho a todo lo que tiene para ofrecer.