Valentina Ramirez
A pesar de que el texto se publicó hace 10 años, Pere Marqués Graells tiene excelentes puntos sobre el principio de los usos educativos del Internet. Siendo un experto en tecnología y educación, el autor de estas ideas planteó que esta herramienta se puede usar efectivamente en la educación, prediciendo y experimentando aspectos importes que actualmente permanecen vigentes. ¡Empezemos con las ventajas!
Estoy de acuerdo con que ya se volvió importante su uso, especialmente ahora tras una década desde sus reflexiones. La educación está al alcance de una cantidad significativa de personas. Efectivamente, como predijo Marqués, democratizó este alcance, ofreciendo nuevas oportunidades para un público más amplio.
La educación en línea ha innovado al punto de ser personalizada para responder a las necesidades específicas de los alumnos, adaptándose a estilos y formas de comunicación que respondan a distintos grupos de personas. Hoy en día, por ejemplo, se ajustan a discapacidades de aprendizaje, todos los rangos de edades e idiomas, así como programas y cursos profesionales específicos que dependen de esta tecnología (conocimientos novedosos como la inteligencia artificial que auxilian a estudiantes y docentes en su procesos de investigación, por ejemplo).
El rol del profesor como facilitador en vez de transmisor de conocimientos también es un punto valioso del autor para resaltar. Más que enseñar, el profesor guia y apoya a los estudiantes en su proceso de enseñanza, y fomenta así la colaboración y trabajo en equipo. Los esfuerzos, como lo son en un aula presencial, se transforman en esta digitalización, adaptándose a las necesidades que pueda tener cualquier alumno. Como ejemplo inmediato pensé en las herramientas de Google Classroom, e incluso la de Módulo 7, que son plataformas en las que no solo se pueden montar archivos o tareas, sino instrucciones claras en cómo elaborar tareas, trabajos e investigaciones. El internet ha permitido que quede registro permanente de todos los recursos que un profesor pueda usar, mejorando la comunicación y acceso a textos, enlaces, y medios audiovisuales que brinden apoyo en el aprendizaje.
El mundo se ha adaptado e integrado a las varias actualizaciones digitales que auxilian el aprendizaje, ayudando a ambos participantes, alumno y docente, en el proceso educativo. Se ha vuelto fundamental el conocimiento de dicho manejo de herramientas. Sin embargo, esta acomodación favorece a ambas partes. Como dice Marqués, es importante la educación en línea por su efectividad. Estoy más a favor por todas estas razones, a pesar de las claras desventajas como la falta de presencia física que implica no solo no estar seguro que la atención necesaria se esté invirtiendo, sino de que el contenido se esté digiriendo completamente.
Si bien la falta de interacción física limita una calidad más personal en el aula, igualmente es una herramienta extraordinaria. Dicho esto, pienso que la desventaja más clara es que la educación depende más del alumno que del profesor. La intención y la responsabilidad de ser educado está más presente en quien recibe la clase. Esa independencia es positiva, pero puede influir en la motivación, disciplina, y concentración del estudiante.
La calidad de los contenidos también se puede ver perjudicada, no solo por la alta cantidad de información que hay, como plantea Marqués, sino por la efectiva recepción del conocimiento. En un país como Venezuela es imposible dejar a un lado el problema de la conexión de Internet, que es un aspecto fundamental para realmente aprender de cualquier clase en vivo.
Las desventajas son claras, pero, opino, no sobrepasan las ventajas. La educación en línea ya será permanente por el resto de los tiempos, probablemente. El Internet se ha adaptado increíblemente en los procesos educativos. Le queda bastante recorrido por actualizarse, pero hay que reconocer su rápido avance. Los cambios suceden constantemente, y seguirán impactando la docencia y aprendizaje cada día. Mi experiencia ha sido gratificante, facilitadora y evolutiva, especialmente después de la pandemia global, en donde experimenté con más intensidad todos los aspectos que mencioné. Concluyo que queda del ser humano mejorar este ‘recurso vital’ para que se ajuste aún mejor a estas desventajas. No cabe duda que así será.
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