Lauren S. Soriano E.
Ante la crisis que vivimos en el año 2020, por la
pandemia de COVID19, los sistemas educativos de América Latina respondieron de
diferentes maneras según la disponibilidad, para garantizar y mantener la
continuidad de la enseñanza. En esta nueva realidad que se nos presentó el uso
de las TICs se volvió fundamental.
Antes de hacer una reflexión sobre lo planteado por Lucia
Sampaolessi en su artículo “Las TICs en
la Educación: Impacto y Situación Actual en Escuelas Latinoamericanas” considero
importante recordar el concepto de las TICs, tema principal a tratar.
Cuando hacemos referencia de las Tecnologías de Información y
Comunicación, aludimos a un grupo diverso de conocimientos,
herramientas y prácticas que se encuentran vinculadas con el consumo y la
transmisión de la información, las cuales han sido desarrolladas a partir del
cambio tecnológico vertiginoso que ha experimentado la humanidad en las últimas
décadas.
Las TICs favorecen no solo el acceso a la educación, del
mismo modo benefician el desempeño de una enseñanza-aprendizaje de calidad, la
capacitación y formación docente y la administración eficiente del sistema
educativo latinoamericano, transformando el modelo formativo tradicional.
Ahora bien, no es novedad la tendencia de pensar en la
incorporación de las TICs en la educación como una herramienta para originar
cambios que apunten a una mejora en la calidad de la enseñanza-aprendizaje, lo
que cambió es el contexto. Por lo tanto, América Latina viene desarrollando un
importante proceso de integración de las TICs en sus sistemas educativos,
atendiendo la inclusión social y educativa.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, la presencia de las TICs en la
educación han aportado un acceso ilimitado a recursos e información, otorgando
apoyo a los docentes y mejorando la calidad de aprendizaje de los alumnos.
El estímulo de la digitalización ha transformado los
recursos formativos, otorgando mayor protagonismo al dinamismo y a la
interacción de los estudiantes con la materia, así como también permite una
mayor flexibilidad y autonomía del estudiante, uso de razonamiento crítico, estimula
la motivación, aumenta la productividad en el aula, oportunidad para
desarrollar habilidades colaborativas e inculcar valores positivos a los
estudiantes. El uso de presentaciones simultáneas, videos, aplicaciones e
imágenes didácticas, facilita la enseñanza, debido a que aumenta la implicación
de los alumnos en el proceso didáctico, siendo estos los protagonistas y no el
docente, como determinaba la metodología tradicional.
Gracias a las TICs, los centros educativos
latinoamericanos disponen de nuevas fuentes de información y recursos,
permitiendo tanto al alumno como al docente realizar consultas inmediatas.
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