Primero, Marquès plantea que Internet era una promesa revolucionaria en la educación, algo que, en retrospectiva, no puedo negar. Hoy en día, herramientas como plataformas de aprendizaje en línea, videoconferencias y recursos educativos digitales son esenciales en cualquier ámbito académico. Sin embargo, ¿realmente cambiamos de paradigma o simplemente adaptamos el sistema tradicional con tecnología?
¿Las ideas del autor son actuales?
En su tiempo, el autor acertó al identificar funciones clave de Internet como la comunicación y el acceso a información. Estas siguen siendo relevantes, pero hoy podríamos añadir conceptos como inteligencia artificial, aprendizaje adaptativo y recursos interactivos como simulaciones y videojuegos educativos. Marquès también habló de riesgos como la desinformación, algo que se ha intensificado con la masificación de las redes sociales y el exceso de contenido disponible.
¿Cómo ha cambiado Internet?
Si comparamos 2001 con 2025, Internet es irreconocible. Antes, los recursos eran limitados y navegar era lento. Hoy, vivimos hiperconectados, con acceso a contenido multimedia, bibliotecas virtuales, y clases en tiempo real. Sin embargo, algunas cosas siguen igual: el uso de correos electrónicos, debates en línea y foros educativos sigue vigente, aunque ahora son más sofisticados.
Mi experiencia personal: Internet y educación
Mi experiencia con Internet en educación ha sido positiva pero no perfecta. Por un lado, he disfrutado de la flexibilidad de plataformas como Canvas o Google Classroom, y he aprendido de manera autodidacta gracias a recursos como YouTube y/o Wikipedia. Pero también he sentido el peso de la sobrecarga informativa y las distracciones, sobretodo en redes sociales como Tiktok. Buscar información confiable sigue siendo un desafío.
El autor menciona que Internet podría promover un aprendizaje más colaborativo y personalizado. En cierto sentido, esto se ha logrado. Los proyectos grupales en línea (que conozco a través de los proyectos COIL (Colaborative Online International Learning) de la UCAB) y las aplicaciones que se adaptan a mi nivel de conocimiento (como Duolingo, por ejemplo) son prueba de ello. Sin embargo, siento que todavía estamos lejos de aprovechar todo su potencial.
¿Un nuevo paradigma o una mejora incremental?
Aunque Internet ha mejorado muchos aspectos de la educación, no creo que hayamos llegado a un "nuevo paradigma". Más bien, hemos adaptado lo que ya teníamos a las herramientas disponibles. La educación aún enfrenta barreras como la brecha digital y la resistencia al cambio en metodologías tradicionales.
¿Es esto suficiente? Tal vez no, pero al menos hemos avanzado en el camino que Pere Marquès imaginó hace más de dos décadas. Ahora es nuestro turno, como estudiantes, de usar estas herramientas para construir una educación más inclusiva, innovadora y significativa.
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